PEDRO RAFAEL GÓMEZ VELÁSQUEZ
PEDRO RAFAEL GÓMEZ VELÁSQUEZ
Nació en Marigüitar el 17 de octubre de 1917, hijo de Pedro María Gómez y Clara de Jesús Velásquez. El hogar Gómez Velásquez estaba conformado por siete hijos Antonio, Rafael, Melida, Rosario, Eumelia, Armando y Enrique. Clara de Jesús era hermana de las Isava Guevara por parte del padre Encarnación Isava.
El Prof. Luís Germán Pérez descendiente de esta familia dice, que los Gómez Velásquez se formaron en un hogar y núcleo familiar modesto que cultivó la observancia de la moral, las buenas costumbres, el trabajo y la honradez.
Pedro Rafael no tuvo maestro ni escuela de la pintura, cuando niño se dejó seducir por el colorido. Ya a los diez años se ganaba la vida haciendo cuadros de lotería con muñequitos. En plena adolescencia muere su madre Clara, pasando junto a sus otros cinco hermanos al cuidado de sus tías maternas las Isava. Quienes ayudan al viudo padre Pedro María en el cuidado y educación de los aun pequeños niños Gómez Velásquez. Según el Prof. Luís Germán Pérez descendiente de esta familia, dice que ese hogar era un "ambiente conformado por mujeres educadoras y de rectos proceder, sabias guiadoras de los inmaduros pasos juveniles".
Como todos los jóvenes de la época, su educación formal se limitó a reducidos años de primaria, dada las condiciones de la época, bajo la receptoría del Maestro Dionisio Antonio López, conocido popularmente como el "Maestro Morocho López". La reducida introducción formal no fue obstáculo para introducirse en el mundo de la cultura en general y la práctica del ciudadano integral. De esa educación dice Pedro Rafael: "...la escuela que conocí por el año 25 cuando ya con uso de razón fui a engrosar el tercer almácigo de muchachos que, con ansias de saber, acudían a apagar su sed, en la fuente luminosa de una educación bien impartida".
Las exigencias de la vida lo llevaron en los años 40 del siglo pasado a la Ciudad de Caracas, en donde instala un modesto taller de carpintería, ubicado en la parroquia Altagracia de "Balconcito a Truco". En este taller logro reunir una nutrida biblioteca en donde figuraban grandes clásicos de la literatura. En un reportaje aparecido el 27 de enero de 1947 en el diario caraqueño Ultima Noticia dice sobre el taller de Pedro Rafael lo siguiente: "A un extremo del Salón donde trabaja, tiene una especie de cenáculo con una nutrida biblioteca de obras clásicas en su mayoría, un radio, unos bonitos cuadros". Su taller era una referencia para los estudiantes de la época y de la zona caraqueña. Muchos de esos colegiales encontraron en ese taller un lugar y un hombre culto con quien tratar diversos temas y con quien abrir debates sobre los acontecimientos del momento.
Con el derrocamiento del presidente Rómulo Gallego en 1948 y la implantación de un gobierno militar en Venezuela que terminaría en una feroz dictadura. Rafael Tobía con sus ideas y convicciones civiles, decide asumir lo que el creyó que era una responsabilidad ciudadana, enfrentar la feroz dictadura. A principio de la década de 1950 es detenido en la Ciudad de Caracas por la temible Seguridad Nacional, enfrentó tortura y confinamiento en los infamantes campos de concentración de Guasina y Sacupana, en el delta del Orinoco. Estos eran los deshonrosos sitios de reclusión usado por el régimen para castigar a los más connotados disidentes de la dictadura. Era un sitio de donde difícilmente se podía volver, como dicen algunos escritores: era “…un lugar de castigo, olvido y muerte. Su condición de pintor le suavizaban los bárbaros trabajos de sus demás compañeros. Los crueles hombres que los custodiaban adquirían sus trabajos artísticos para halagar a sus jerarcas en Caracas. Dice nuestro escritor local Alberto Loaiza Márquez que: “Quizás, eso le valió un “perdón” para volver a la civilización”. Además de las bellas pinturas de la ribera del Orinoco, Rafael Tobía según testigos presenciales pinto las vergonzosas escenas de atrocidades y vejámenes reinantes en este sitio de reclusión. En doble lienzos venían plasmadas las nefastas escenas que reinaban en Guasina, y que sigilosamente eran sacados en la casa de sus tías Isava Guevara. Con ellos muchos venezolanos pudieron conocer estas monstruosidades. En 1956 gracias a sus obras de artes, se ganó la conmutación de la pena. Ya en libertad ese año decide radicarse en su pueblo natal. Donde instaló su taller de madera y pintura. Aquí en Marigüitar se deja seducir por los bellos paisajes del Golfo de Cariaco y los campos marigüitense. Refiere el Prof. Luís Germán Pérez, gran estudioso de la figura de su tío Rafael Tobía, que “De ese taller no salía nadie sin haberse impregnado de algo de provecho”.
En 1958 con la apertura democrática, incursiona en la actividad comunal, siendo elegido el 28 de febrero del citado año, presidente de la Junta Comunal de Marigüitar. El 6 de septiembre de 1960, se reunieron en la casa de habitación de Rafael Tobía, un grupo de ciudadanos marigüitenses, relacionados con la construcción para formar el Sindicato de la Construcción del Pueblo de Marigüitar, su Junta Directiva quedo integrada de la siguiente manera: Cesar Malavé, Secretario General; Francisco Zapata, Secretario de Organización; Rafael Villafañe, Secretario de Reclamos; Florencio Vásquez Ramírez, Secretario de Finanzas; Cesar Pereda Soto, Secretario de Propaganda y Rafael Gómez Velásquez, Secretario de Acta y Correspondencia. Este sindicato “…tendría por finalidad luchar por los intereses de los trabajadores que habrán de tomar parte en los trabajos que en materia de construcción habrán de efectuarse de ahora en adelante…” en Marigüitar.
El 22 de abril de 1961, Rafael Tobía participó en la VI Jornada de Trabajo sobre Desarrollo de la Comunidad. Iniciando con esto una serie de preparaciones tanto nacionales como internacionales con cursos de desarrollo comunal. El 23 de enero de 1963 es nombrado por el Gobernador del Estado Sucre, Promotor de Desarrollo de la Comunidad, adscrito a la Oficina de Estadística y Desarrollo de la Comunidad. Prestando su apoyo y servicio a las comunidades rurales de la entidad. A fínales de 1964 participa en la Ciudad de San Juan de Puerto Rico en el programa de Adiestramiento en Desarrollo de la Comunidad. Auspiciado por el Departamento de Estado del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
El 20 de marzo de 1967, bajo la coordinación del Señor Orángel León Pérez, se llevó a cabo la primera exposición de pintura, en la sede del Grupo Escolar Francisco Mejía. Hacen gala a los trabajos de Rafael Tobía Gómez Velásquez, Manuel Edulneiro Díaz Albino, Pedro Amaya, Pura Parejo de Montenegro, Elena Saúd y Dale Saúd León.
El 01 de diciembre de 1979 en su casa, rodeado de sus familiares, libros y cuadros, dejo de existir el pintor de Marigüitar. Dice el Pbro. Juan Maure, cura de Marigüitar en ese tiempo a respecto: “Di cristiana sepultura al cadáver de Rafael Gómez Velásquez… Insigne bienhechor del pueblo, autodidacta, llegó a ser un genio en todas las ramas del saber. Poeta, pintor, literato, político, consejero… y de todos admirado y querido”, con estas palabras el Padre Maure, define la importancia de Pedro Rafael para el pueblo de Marigüitar. Su figura se ha convertido en una referencia de las artes plásticas en Marigüitar y muy especialmente del estado Sucre.
Fue el pintor del Golfo de Cariaco y de los paisajes circundantes. Los lienzos con motivos marinos, de los campos y árboles, se encuentran en diferentes rincones de Venezuela. Con motivo a ese legado cultural de la figura de Pedro Rafael, el Comité Pro-ampliación de la Casa de la Cultura de Marigüitar, introduce el 20 de enero de 1992 al Concejo Municipal del Municipio Bolívar del Estado Sucre, por intermedio del Lcdo. Luís Germán Pérez, la sugerencia del nombre de Pedro Rafael Gómez Velásquez, para epónimo de la Casa de la Cultura. Esta proposición es aprobada por la Ilustre Cámara Municipal el 27 de enero del referido año. Como un homenaje del pueblo marigüitense a uno de su más grande hijos.
Nelson Zapata Román
Cronista Oficial de Marigüitar
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